El verano es una de las estaciones más esperadas del año: los días son más largos, el sol brilla con intensidad, y muchas personas aprovechan para pasar más tiempo al aire libre. Sin embargo, el verano también trae consigo ciertos riesgos para la piel en verano que, si no se previenen, pueden tener consecuencias a corto y largo plazo.
Ya sea que trabajes en una oficina, desde casa o al aire libre, cuidar la piel durante esta temporada es fundamental. A continuación, compartimos algunas claves sencillas para proteger tu piel durante el verano, dentro y fuera del entorno laboral.
1. Usa protección solar a diario (sí, incluso si no sales de casa)
Muchas personas asocian el protector solar con días de playa o piscina, pero lo cierto es que la exposición a la radiación ultravioleta (UV) ocurre a diario, incluso en interiores si hay ventanas cercanas. Aplicar un protector solar facial y corporal como parte de tu rutina matutina es un hábito esencial para prevenir manchas, envejecimiento prematuro y, sobre todo, cáncer de piel.
Consejo para la piel en verano: Usa un protector solar de amplio espectro con SPF 30 o superior. Reaplica cada 2-3 horas si estás al aire libre o si sudas.
2. Hidrátate: por dentro y por fuera
El calor y la sudoración pueden deshidratar el cuerpo y la piel con facilidad. La falta de hidratación se traduce en piel tirante, apagada o incluso con descamación.
- Bebe al menos 1,5 a 2 litros de agua al día.
- Utiliza cremas o lociones hidratantes después de la ducha, preferiblemente con ingredientes como aloe vera, glicerina o ácido hialurónico.
Consejo: Mantén una botella de agua en tu escritorio y recuérdate beber con una alarma o app, si lo necesitas. Es uno de tus mejores aliados para la piel en verano.
3. Evita la exposición solar directa en horas punta
Si tu jornada laboral implica desplazamientos, reuniones al aire libre o actividades externas, intenta evitarlas entre las 12:00 y las 16:00, cuando el sol es más agresivo.
- Busca siempre zonas de sombra.
- Utiliza sombreros de ala ancha o gorras, y gafas de sol con protección UV certificada.
4. Adapta tu rutina facial al clima
El calor y el sudor pueden aumentar la producción de sebo, obstruir los poros y provocar brotes de acné o irritación. No es necesario usar demasiados productos: lo importante es elegir los adecuados.
- Opta por limpiadores suaves y ligeros.
- Utiliza productos no comedogénicos y libres de alcohol.
- Evita exfoliaciones agresivas en verano.
Consejo para la piel en verano: Un sérum ligero con vitamina C puede ayudarte a prevenir manchas y mantener un tono uniforme.
5. Cuida la piel en verano tras la exposición al sol
Después de un día de playa o una caminata prolongada, la piel en verano necesita cuidados específicos.
- Dúchate con agua tibia, no caliente.
- Aplica un after sun o loción con efecto calmante.
- Evita perfumes o productos con alcohol justo después del sol.
Este tipo de cuidados ayuda a reparar la barrera cutánea y reduce el riesgo de quemaduras o descamación.
6. Presta atención a la ropa que eliges
La ropa también protege del sol. En verano, lo ideal es usar prendas holgadas, de tejidos naturales como el algodón o el lino, que permitan transpirar y cubran partes del cuerpo expuestas.
Consejo: Hay ropa específica con protección UV (UPF 50+) ideal para personas con piel sensible o que pasan mucho tiempo al aire libre.
7. Protege también tus labios y manos
Son zonas que a menudo olvidamos, pero que también sufren los efectos del sol y la deshidratación. Usa bálsamos labiales con SPF y aplica crema en las manos con frecuencia, sobre todo si las lavas mucho o usas gel hidroalcohólico.
8. Revisa tu piel regularmente
El verano es un buen momento para observar si han aparecido manchas nuevas, lunares que han cambiado o zonas que pican o molestan. Si detectas algo inusual, acude al dermatólogo.
Cuidar la piel en verano es más sencillo de lo que parece, pero requiere constancia y atención. Aplicar protección solar, mantenerse hidratado/a, evitar la exposición directa al sol y adaptar tu rutina son pasos clave para mantener la salud cutánea.
La piel es el órgano más grande del cuerpo y uno de los que más se expone a factores externos. Cuidarla no solo mejora nuestra apariencia, sino que también es una forma de cuidar la salud en general.