LAS LUCES Y SOMBRAS DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA

Cuales son las sombras y luces de la psicología positiva

En los últimos años, la psicología positiva se ha convertido en una de las corrientes más influyentes en el ámbito del bienestar emocional. Desde libros de autoayuda hasta programas educativos y entornos laborales, su presencia es innegable. Sin embargo, como toda herramienta poderosa, su uso indiscriminado o malinterpretado puede acarrear consecuencias no deseadas. 

¿Qué es la psicología positiva?

La psicología positiva es una rama de la psicología que se centra en estudiar las bases del bienestar psicológico y la felicidad, así como las fortalezas y virtudes humanas. A diferencia de enfoques tradicionales que se enfocan en patologías y disfunciones, esta corriente busca comprender qué hace que la vida valga la pena.​

Martin Seligman, considerado el padre de la psicología positiva, propuso que una vida plena se construye a partir de tres componentes: la vida placentera (emociones positivas), la vida comprometida (involucrarse en actividades significativas) y la vida con sentido (pertenecer y servir a algo más grande que uno mismo).​

Beneficios respaldados por la ciencia

Numerosos estudios han demostrado que prácticas asociadas a la psicología positiva, como la gratitud, el optimismo y la resiliencia, pueden mejorar significativamente la salud mental y física.​

Por ejemplo, investigaciones han encontrado que las personas agradecidas tienden a dormir mejor y experimentar menos pensamientos negativos antes de dormir. Además, un estudio publicado en Nature Communications reveló que actos de generosidad, incluso la intención de ser generoso, activan áreas del cerebro asociadas con la felicidad.

Estos hallazgos respaldan la idea de que cultivar emociones positivas y fortalezas personales puede tener un impacto real y duradero en nuestro bienestar.​

El lado oscuro: cuando la positividad se vuelve tóxica

A pesar de sus beneficios, la psicología positiva no está exenta de críticas. Uno de los principales riesgos es la llamada «positividad tóxica», que implica forzar una actitud positiva y negar emociones negativas, lo que puede ser perjudicial para la salud mental.

La psicóloga Alejandra de Pedro González advierte que suprimir emociones negativas puede ser invalidante y simplificar procesos emocionales complejos. En una cultura que promueve constantemente el lema «Only Good Vibes», se corre el riesgo de no procesar adecuadamente emociones como la tristeza o el enojo. 

Además, un estudio publicado en la revista de Ciencias Cognitivas y Desarrollo Humano subraya los efectos negativos de la positividad tóxica en el bienestar emocional de los jóvenes trabajadores.

El principio de Pollyanna y el sesgo de positividad

El «principio de Pollyanna» describe la tendencia a enfocarse en lo positivo y evitar lo negativo. Si bien puede ser útil en ciertas situaciones, este sesgo puede impedir una evaluación realista de las circunstancias y dificultar la toma de decisiones informadas.

Investigaciones han mostrado que los adultos mayores tienden a prestar más atención a información positiva, lo que podría deberse a cambios en el procesamiento cognitivo con la edad. 

Sin embargo, este sesgo puede ser problemático si lleva a ignorar señales de advertencia o minimizar problemas importantes.​

Un enfoque equilibrado: aceptar todas las emociones

La psicología positiva no debe interpretarse como una invitación a evitar emociones negativas, sino como una herramienta para complementar nuestra experiencia emocional. Aceptar y procesar emociones como la tristeza, el miedo o la ira es esencial para una salud mental equilibrada.​

Martin Seligman, en su concepto de «optimismo aprendido», enfatiza la importancia de reconocer los problemas y enfocarse en soluciones, sin negar la realidad. Este enfoque promueve la resiliencia y la capacidad de afrontar desafíos de manera efectiva.

La psicología positiva como herramienta, no como dogma

La psicología positiva ofrece valiosas estrategias para mejorar nuestro bienestar y fomentar una vida más plena. Sin embargo, es crucial aplicarla con discernimiento, reconociendo que todas las emociones, tanto positivas como negativas, tienen un papel en nuestra salud emocional.​

Al adoptar un enfoque equilibrado que valore la autenticidad emocional y evite la negación de experiencias difíciles, podemos aprovechar los beneficios de la psicología positiva sin caer en sus posibles trampas.​