¡LOS PENSAMIENTOS RUMIANTES TE IMPIDEN BRILLAR! ¿CÓMO FRENARLOS?

Los pensamientos rumiantes

 

En medio del caos cotidiano, es probable que te hayas visto atrapado/a en un bucle mental, donde los pensamientos persisten como un disco rayado. Imagina estar en tu escritorio, intentando concentrarte, pero tu mente insiste en volver a la misma preocupación una y otra vez. Este fenómeno es conocido como pensamientos rumiantes e impactan profundamente en nuestra salud mental.

¿QUÉ SON LOS PENSAMIENTOS RUMIANTES?

Los pensamientos rumiantes son como huellas mentales que circulan repetidamente en nuestra cabeza. Se caracterizan por centrarse en problemas, inquietudes o situaciones estresantes, creando un círculo vicioso que dificulta la concentración en otras actividades. Estos patrones de pensamiento persistente pueden convertirse en un obstáculo emocional, afectando negativamente nuestra salud mental.
Los pensamientos rumiantes, al ser patrones de pensamiento repetitivos y persistentes, en lugar de contribuir al desarrollo y expresión de las habilidades y talentos, estos pensamientos pueden actuar como obstáculos, generando distracciones, bloqueos creativos y reduciendo la confianza. 

¿QUÉ ACTIVA LOS PENSAMIENTOS RUMIANTES?

Diversos factores pueden desencadenar la tormenta de pensamientos rumiantes. El estrés es un catalizador principal, intensificando este proceso y atrapándonos en una espiral de preocupaciones. Además, eventos traumáticos o la simple incertidumbre, pueden activar la rumiación mental.
Dar vueltas y vueltas sobre una misma cuestión pero sin encontrarle solución es un fenómeno incómodo y agotador. Este tipo de pensamientos no tienen función alguna, pero sí pueden ser una señal sobre algún problema emocional no identificado y no resuelto. El desencadenante suele encontrarse justo antes de que se desate el bucle.

Según Pilar Berzosa, psicóloga clínica y profesora de UNIR, “En el mundo emocional todo pasa muy rápido. ¿Qué ocurre antes de que empiece? Es importante identificar esa parte de la personalidad para matizarla y demostrar que hay otras maneras de enfocar los problemas”.

¿QUÉ OCURRE CON ELLOS?

Los efectos de los pensamientos rumiantes van más allá de simples reflexiones y su impacto se manifiesta de manera evidente en nuestra salud mental. Desde el desgaste emocional hasta la ansiedad y la depresión, este ciclo persistente de pensamientos puede afectar la calidad de nuestra vida cotidiana.
Estos pensamientos no solo desencadenan emociones desagradables como la inquietud y la angustia, sino que también generan fatiga física. Más allá de representar un gasto emocional, absorben las reservas de glucosa, el combustible esencial para el cerebro. Aquellas personas que experimentan pensamientos rumiantes, terminan agotadas, no solo emocional sino físicamente. Además, amplifican la visión de túnel, distorsionando la percepción de la realidad. Esto hace que dejemos de tener perspectiva y reduce la creatividad al mínimo.

IDEAS PARA ROMPER EL CICLO DE PENSAMIENTOS RUMIANTES

1. Encuentra placer en tus aficiones

Meterse de lleno en una afición es de lo más saludable que puedes hacer para cortar con el círculo vicioso de los pensamientos rumiantes. No solo los aleja, sino que también te mantiene activo/a y con la mente ocupada. Ya sean manualidades, lectura, música o aprender algo nuevo, las opciones son interminables.

Si nunca le has dedicado tiempo o ánimo a tus hobbies, hazlo cuando esos pensamientos negativos quieran tomar el control. Y si ya tienes uno, úsalo para mantenerte ocupado/a y no quedarte tirado/a en el sofá dándole vueltas a esas rumiaciones mentales.

2. Conecta con la naturaleza

Lo del «baño de bosque» no significa que tengas que ir a caminar a la montaña (aunque si puedes, es estupendo), sino que abarca cualquier cosa que te conecte con la naturaleza. Los efectos del verde, el sonido del viento en las hojas, sentir la brisa, escuchar a los pájaros, observar las nubes… Dedicar unos minutos a estas cosas tiene un efecto positivo sorprendente en el ánimo. Así que, si hay un parque, un jardín público o algún espacio verde cerca, date un paseo. Sal de casa, toma el aire y deja que esos pensamientos desaparezcan.

3. Activa tu cuerpo con ejercicio de alta intensidad

Una de las mejores formas de desconectar y dejar de darle vueltas a algo en tu cabeza es hacer ejercicio. Pero ojo, tiene que ser de alta intensidad. Deporte como ciclismo, escalada, surf o los deportes en equipo, que exigen tu atención total, pueden ser tu salvación para romper el ciclo de pensamientos negativos.

4. Sumérgete en el juego

Jugar, sobre todo si requiere que te concentres mucho, también ayuda a parar esos pensamientos rumiantes. Prueba con puzzles, videojuegos, ajedrez, juegos de construcción o juegos de mesa. Notarás cómo desconectar es fácil y divertido al mismo tiempo.

5. Estrategias psicológicas

Superar ese ciclo de pensamientos rumiantes es un aprendizaje que puede tomar más o menos tiempo dependiendo de cuándo empezaron, cuánto te involucres y otras cosas. Algunas técnicas que los expertos aplican:

Parada de pensamiento: usa una palabra como «alto» o una palmada para frenar esos pensamientos molestos y cambiarlos por otros más positivos.

Piensa en ello, pero por un tiempo limitado: dedica un momento específico (con principio y fin) del día para intentar resolver la preocupación que te tiene dando vueltas, así evitas que ocupe todo tu día.

Disfruta: haz actividades incompatibles con esos pensamientos, como salir con amigos, hacer footing o jugar un rato, también ayuda.

Escribe lo que piensas: vacía tus pensamientos en el papel, sin filtros. Ayuda a analizar objetivamente y a buscar aspectos positivos.

Habla: sacar esos pensamientos fuera de tu cabeza, ya sea hablándolos o grabándolos, ayuda a tomar conciencia de posibles distorsiones.

Respira, camina y escucha música: mejorar la respiración, hacer ejercicio aeróbico como caminar rápido y añadir música a la ecuación son tácticas eficaces para frenar los pensamientos rumiantes.

Recuerda, cortar el bucle de esos pensamientos lleva tiempo y práctica, pero puede llevar a una mente más tranquila y resistente. ¡Puedes lograrlo!