QUÉ ES EL SIBO Y CÓMO PUEDE AFECTAR A TU SALUD DIGESTIVA

Porque y como el SIBO afecta a la salud digestiva

Cada vez se habla más del SIBO, pero muchas personas todavía no saben qué significa o cómo puede influir en su bienestar. Si últimamente notas hinchazón abdominal, gases frecuentes o digestiones pesadas, quizá te interese entender qué hay detrás de estas molestias. El SIBO es un trastorno intestinal más común de lo que parece, y conocerlo puede ayudarte a mejorar tu alimentación y calidad de vida.

A lo largo de los últimos años, la ciencia ha avanzado mucho en el estudio del microbioma intestinal. Se ha descubierto que el equilibrio de las bacterias que habitan en nuestro intestino tiene un papel clave en la salud general. Cuando ese equilibrio se altera, pueden aparecer distintos problemas, y uno de ellos es el SIBO.

QUÉ ES EL SIBO

Las siglas SIBO provienen del inglés Small Intestinal Bacterial Overgrowth, que significa “sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado”. En condiciones normales, la mayoría de las bacterias beneficiosas viven en el intestino grueso, mientras que el intestino delgado contiene una cantidad mucho menor.

En el SIBO, ocurre un desplazamiento: esas bacterias que deberían permanecer en el intestino grueso se multiplican en el intestino delgado. Este desequilibrio provoca fermentaciones anómalas durante la digestión, generando gases, hinchazón, dolor abdominal, diarrea o estreñimiento.

CAUSAS DEL SIBO

Las causas del SIBO pueden ser variadas. Algunas de las más comunes son alteraciones en la motilidad intestinal (es decir, el movimiento con el que los alimentos avanzan por el tubo digestivo), el uso prolongado de antibióticos, enfermedades intestinales previas o incluso situaciones de estrés crónico.

También hay factores anatómicos —como adherencias intestinales o cirugías previas— que pueden favorecer la acumulación de bacterias en zonas donde normalmente no deberían estar. En algunos casos, el SIBO aparece como consecuencia de otras enfermedades digestivas, como el síndrome del intestino irritable.

SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES

Los síntomas del SIBO pueden confundirse con otros trastornos digestivos, por eso no siempre es fácil de diagnosticar. Los más comunes son hinchazón después de las comidas, gases excesivos, sensación de saciedad temprana, náuseas, diarrea, estreñimiento o una combinación de ambos.

Además, el SIBO puede afectar la absorción de nutrientes, provocando deficiencias de vitaminas (como la B12) o minerales esenciales. En algunos casos, las personas también experimentan cansancio, niebla mental o pérdida de peso sin motivo aparente.

TRATAMIENTO DEL SIBO

El tratamiento del SIBO depende de la causa que lo origina y de la gravedad del cuadro. Suele incluir tres pilares: antibióticos o antimicrobianos específicos, cambios en la alimentación y restauración de la microbiota intestinal.

En muchos casos, se recomienda una dieta baja en FODMAP (siglas en inglés para ciertos tipos de carbohidratos fermentables) para reducir la producción de gases y aliviar los síntomas. Sin embargo, esta pauta debe ser personalizada y supervisada por un nutricionista o médico especializado en digestivo.

ALIMENTACIÓN Y HÁBITOS SALUDABLES

Más allá del tratamiento médico, adoptar una alimentación equilibrada y hábitos saludables puede marcar la diferencia en la evolución del SIBO. Comer despacio, evitar el exceso de ultraprocesados, mantener una buena hidratación y respetar los horarios de comida son medidas que ayudan a mejorar la función digestiva.

El ejercicio moderado y el manejo del estrés también son aliados importantes. El estrés crónico afecta la motilidad intestinal y puede agravar el SIBO, por lo que incorporar rutinas de relajación, descanso adecuado y actividad física regular favorece la recuperación.

RECUPERAR EL EQUILIBRIO INTESTINAL

Uno de los objetivos del tratamiento del SIBO es restablecer el equilibrio del microbioma intestinal. Para ello, una vez controlada la proliferación bacteriana, suele recomendarse la introducción de probióticos y prebióticos. Estos ayudan a repoblar el intestino con bacterias beneficiosas y mejorar la digestión.

No obstante, cada persona es diferente, y lo que funciona para una puede no funcionar para otra. Por eso, la guía de un profesional especializado en digestivo o nutrición es esencial para abordar el SIBO de manera eficaz y duradera.

CUÁNDO CONSULTAR A UN PROFESIONAL

Si tienes síntomas digestivos frecuentes o persistentes, no los ignores ni los atribuyas solo a “nervios” o “comidas pesadas”. Consultar con un médico o nutricionista es fundamental para descartar SIBO u otros problemas intestinales. Un diagnóstico correcto evita tratamientos innecesarios y permite una recuperación más rápida.

Además, comprender cómo funciona tu sistema digestivo y cómo se relaciona con la alimentación puede ayudarte a prevenir futuras recaídas y a cuidar tu bienestar general.

CONOCER EL SIBO PARA CUIDARTE MEJOR

Entender qué es el SIBO y cómo se manifiesta es un primer paso hacia una mejor salud intestinal. No se trata de seguir dietas estrictas ni de buscar soluciones rápidas, sino de adoptar una mirada más consciente sobre lo que comemos, cómo lo hacemos y cómo responde nuestro cuerpo.

La información, acompañada de una atención médica adecuada, es la mejor herramienta para mantener un intestino sano y una vida más equilibrada. Recordar que el bienestar digestivo forma parte esencial de nuestra salud física y emocional es la clave para cuidar de nosotros y nosotras mismas de manera integral.